Los libros que nos recomiendan los escritores. Todos los jueves en Cualquiera.

9 de noviembre de 2010

Por Pablo Natale

Edwin Mullhouse, de Steven Millhauser 

Millhauser (a quien algunos llaman “el ilusionista”) se propone en esta obra contar la biografía de un escritor precoz, un niño que empieza su obra apenas ha nacido y que muere al cumplir 11 años. Al problema bastante grande de narrar la vida de un escritor que muere en la niñez (lo que hace imposible relatar los momentos de consagración, los romances adolescentes, los viajes, las inseguridades, la relación compleja con la tradición y el mercado) Millhauser suma otro: el relato está contado desde la perspectiva de un niño. Un “niño biógrafo”, nada menos que uno de los pocos amigos del niño escritor. Lo que encontramos en esta novela de Millhauser es, entonces, la biografía imposible de un niño inverosímil contada desde la biografía imposible de otro niño inverosímil. El resultado es ridículo, provocador, divertido y mucho más. En una escena el niño escritor conoce a su “amigo malo de la infancia” (quien le lanza una pedrada directo a la cabeza a una maestra de grado) en otra el niño biógrafo es descubierto entre unos arbustos esperando a que el niño escritor haga algo que valga la pena poner en una biografía. En otra escena, los dos niños deciden la muerte del que escribe, porque no hay biografía sin un artista muerto, se dicen. Lo que parecía un juego de espejos se va convirtiendo, como suele suceder en la narrativa de Millhauser, en un truco de magia que queremos contemplar una y otra vez. Porque no importa lo que existe, sino quienes lo ven. 

tetrabrik.blogspot.com, el blog de Luis Chaves 

Coordenadas: Luis Chaves. Escritor costarricense. Ha vivido en Argentina un par de años. Publicó “Anotaciones para una cumbia” (Eloisa Cartonera), escribió un prólogo ultra-contundente para “Tuca” de Casas y publicó varios libros de poesía, libros que no son fáciles de conseguir. Por suerte, tenemos su blog. Allí pueden leerse ensayos, crónicas futbolísticas, podemos ver videos donde nos comenta cómo es que escribe o porqué escribe o desde cuándo escribe, y podemos leer, además, preciosos poemas: uno de una mujer que piensa en un ser querido que se encuentra lejos, y mira la tele, y mira la casa y nos dice que hay un perro nuevo que la sigue a todas partes, y ese perro no tiene nombre y tampoco (lo sabremos luego) puede desaparecer. O también otro poema, uno de una mudanza que parece no comenzar o no terminar nunca, donde parecería que ningún lugar es definitivo, salvo uno: el estacionamiento donde un auto gira en círculos, hasta que se detiene y leemos: “el cerebro: masa de plastilina / el corazón: dos puertas que sólo saben cerrarse”. 


Natale recomienda, además, Chrono Cross, para la Play Station 1...


El mejor juego de video que jamás jugué. Un chico de pelo azul llamado Serge al que se lo traga un agujero y aparece en otro mundo: el mundo es igual a aquel de donde venía, salvo que las decisiones que fueron tomadas en uno no fueron tomadas en el otro: el vecino que tenía miedo al mar se fue a recorrerlo, la mesera que deseaba escribir poesías les lee poemas a todos los parroquianos. A medida que transcurre el juego y la aventura de tratar de descubrir qué está pasando, varios personajes con los que nos vamos cruzando se unen a nosotros (dependiendo, claro está, de cómo respondamos). Los buenos parecerían ser siete dragones sabios (representando a la naturaleza y a la mística), los malos parecería ser un monstruo de lava y una máquina del futuro (representando al caos y a la tecnología). Por suerte nada es lo que parece, las elecciones no son tan simples, el juego (jugado por primera vez) puede llevar entre treinta y setenta horas: como una novela enorme que queremos leer de vuelta porque habla de muchas más cosas que de sí misma. Pd: la banda de sonido (a cargo de Yasunori Mitsuda) es increíble.


Más de Pablo Natale: http://pacmanvuelve.blogspot.com/


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